Señor Rajoy, me dirijo a usted con la esperanza puesta en que le llegue y pueda responderme con algo más que meras palabras, palabras a las que usted está muy acostumbrado sin ton ni son, palabras que me convenzan a mi y a todos los españoles de la tercera edad que como yo, pasamos el rato de ocio como mejor sabemos.

Soy un socio de la Asociación Peña Amigos de la Tercera Edad de Puerto de Sagunto, domiciliada entre las calles Palleter, 11, y Luis Cendoya, 210, de esta localidad, a la cual se le ha premiado con la cantidad de 3.000 euros de sanción por el simple delito de jugar al bingo. Nos jugábamos la mareante cantidad de 20 céntimos de euro en unos días y, en otros, 10 céntimos por cartón. Verá que el acto criminal se sale con mucho de lo que normalmente nos tienen acostumbrados supuestamente los políticos y banqueros de esta jodida España. Y digo jodida, para los de siempre, porque los de las altas esferas tiene buenas cuentas en paraísos fiscales, que deberían darles vergüenza, si la tuvieran, ya que, por lo que vemos en los medios, unos con sobresueldos, que yo considero «irrisorios» por la pequeña cantidad que supone para las arcas del país, y otro con préstamos, que ellos y a través de los bancos que han dirigido se han concedido para si mismos y para sus pobres amigos.

Por eso, yo un pobre jubilado enfermo de cáncer de hueso y con 72 años de vida, en representación de esta Peña de la Tercera Edad, que sin apoyo alguno de los políticos que en verdad nos tenían que cuidar cuando de verdad los necesitamos, en vez de darnos patadas donde más nos duele y engañarnos con falsas promesas en tiempos de campañas de elecciones. Yo le pregunto, señor Rajoy, qué le parece a usted la situación de los mayores en sus ratos de ocio. ¿Por qué en los hogares y locales de la tercera edad nos prohíben jugar a lo que siempre hemos jugado con unos céntimos, para pasar los pocos ratos de vida que nos quedan y distraernos? ¿A quién perjudicamos con nuestro ver pasar la vida como podemos?

¿No le parece a usted que deberían dejarnos tranquilos de una puñetera vez, que disfrutemos de la poca vida que nos queda, de la forma que nos plazca y podamos? Ya que no todos nos podemos dedicar a la política para pasar el rato y supuestamente de paso ver de qué forma podemos aumentar nuestras cuentas bancarias con dinero del contribuyente. ¿A que sí? Muchas gracias.