Los ajustes en educación se cebarán este curso a punto de comenzar en las becas para libros de texto en la enseñanza obligatoria, que quedarán reducidas a los casos de extrema necesidad. La consellera María José Català justificó ayer que la prioridad de su departamento es pagar los 38 millones pendientes de las convocatorias de años anteriores, si bien de inmediato sólo abonará 11 y dejará a deber los otros 27 sin fecha. Esta decisión culmina la reducción de la dotación para estas ayudas, que se habían recortado ya en un 43 % „en torno a los 20 millones de euros„ en los tres últimos cursos, tal como Levante-EMV reveló el pasado 16 de agosto. Esa caída se corresponde con el descenso, en ese mismo período de tiempo, de un 37 % en el número de alumnos beneficiarios, que el curso pasado fueron 238.057.

El punto de inflexión en esta reducción fue la supresión „en el curso 2011/2012„ del denominado «bono libro», que representaba una ayuda universal e igual para todos los alumnos independientemente de su nivel de renta. Esta política „secundada además demagógicamente por quienes desde otras administraciones como los ayuntamientos se han prestado a complementar e incluso suplir las ayudas„ se ha demostrado ahora insostenible en tiempos de penurias. Y los más perjudicados volverán a ser quienes realmente necesitaron siempre las becas y las necesitarían ahora. Sin olvidar al sector de los libreros y editorial, que han visto caer las ventas a la mitad para este curso.