El pronóstico del tiempo es posible a partir de un procedimiento determinado si queremos tener un grado elevado de aciertos. En primer lugar observaremos detenidamente el mapa de superficie. En este mapa tendremos en cuenta cuatro parámetros. La presión, el gradiente bárico, las posibles advecciones de aire frío, cálido y húmedo y la procedencia de la masa de aire. El siguiente mapa es la topografía de 500 hPa. Aquí localizaremos los surcos térmicos, las advecciones cálidas y frías, y tendremos en cuenta tanto el nivel que está esta topografía como las isotermas. Con un geopotencial bajo en este nivel y una advección húmeda en superficie pronosticaremos precipitación. Pero podemos tener una borrasca en este nivel y podemos prever cielo variable sin lluvias. Es el caso de una advección del oeste que da lugar a una entrada de aire seco que inhibe las precipitaciones. El tercer mapa será la topografía de 850 hPa (1.500 metros), en este nivel veremos las advecciones de aire frío y cálido. También podemos, prever la cota de nieve mirando las temperaturas a 1.500 metros. Pero también tienen que otros, como el mapa de CAPO, el mapa de humedad a 700 hPa y el de predicción de nubosidad que se pueden encontrar a la web del Global Forecast System (www.wetterzentrale.de). Así con valores elevados de CAPE si las condiciones en superficie son de advección húmeda y un bajo gradiente bárico podemos prever tormenta.

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