En este mes de septiembre estamos teniendo en la vertiente mediterránea unos cuantos días de inestabilidad relativa, que se diferencia de la absoluta en eso, en que es relativa, en que a la pregunta de si lloverá o no respondemos, depende. No dominan claramente ni las altas ni las bajas presiones, sino que tenemos eso que en meteorología se llama pantano barométrico en superficie y una ligera inestabilidad en altura, que nada tiene que ver una DANA o Gota Fría. A diferencia de lo que tuvo lugar la última semana de agosto, que fue una inestabilidad generalizada, aunque igual de caótica en su distribución, ahora todo es más difícil de precisar. Se parecen mucho estos días a esos que tenemos en abril y mayo y que llamamos primaverales entonces, pero no ahora, aunque sean idénticos. En el mismo día hace fresco por la mañana, calor al centro del día y nubosidad de evolución con algunas tormentas por la tarde. Son esos días en los que el pronóstico del hombre del tiempo debe decir eso de "nubes y claros, con nubosidad de evolución por la tarde y algún chubasco tormentoso, disperso y aislado y de intensidad muy irregular", y que en los mapas de predicción, aún más difícil, se simbolizan con un huevo frito (un sol saliendo entre una nube), unas gotas y un relámpago. Además, dos días consecutivos con el mismo mapa del tiempo dan consecuencias distintas. Son esos días en los que muchos amigos me dicen que dar un pronóstico así, en el que decimos casi que puede pasar de todo, lo puede hacer cualquiera. Pero es que es verdad, en el mismo día hace calor, llueve y hace fresco, y encima lo hace en un pueblo sí y en el de al lado no. Son días en que muchos te dirán que has fallado y los del pueblo de al lado que lo has clavado, pero que desde luego son especialmente difíciles de simbolizar en pronósticos nacionales. El factor local resulta clave para estos fenómenos convectivos y yo estoy convencido, por ejemplo, de que si no hubiera llovido a finales de agosto, aportando gran cantidad de humedad al terreno, estos chubascos locales, que no vienen de ningún sitio, no se darían.

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