Así que pasen unos días y las heridas narcisistas del patriotismo (y perdón por la redundancia) se cierren, advertiremos, por poco que usemos la cabeza, que hemos tenido una suerte inmensa al ser rechazados como organizadores de los JJ OO de 2020: era una nueva oportunidad de volver a poner en marcha la apisonadora que atropelló honras, razones y cautelas: obras públicas desmesuradas y redundantes, a cargo de unas pocas firmas afines „que se largarán a Brasil o Australia cuando vengan mal dadas„ que generan sobrecostes, una parte de los cuales recuperan los corruptos en forma de donativos: de algún lado tenían que salir los sobresueldos que Bárcenas escanciaba siguiendo órdenes.

Una rueda infernal que a Dante no se le ocurrió incluir en sus siete círculos, pero es que estaba muy tocado por la idea del amor cortés: era precapitalista. Destripado el procedimiento viciado, es posible sentar las bases de un juego algo menos sucio, aunque no me hago ilusiones. Leo prensa en inglés, pero no suelo fijarme en lo que dicen de nosotros: no son muy caritativos y sí un poco tiñosos. Pero The Local es prensa española, pese al nombre, y el otro día publicaba el top ten de los Spain´s craziest building fails (las diez chapuzas constructivas más locas, en traducción libre), cuatro de las cuales fueron perpetradas aquí en la Community, comenzando por el Nou Mestalla, que abre la lista. Urdangarin, que cobró mucho pero no construyó nada, prefiere ser juzgado aquí, en Valencia. La verdad, en vez del yerno, preferiría que nos eligiera gente más productiva. Sin ánimo de ofender.

Sobre todo, ahora que veo signos esperanzadores. Un día hay más coches en el aparcamiento de una fábrica que he visto vacío otras veces. O me entero de que la chica que trabajaba en un periódico digital ha encontrado empleo en un diario de verdad, mientras el zapatero y la señora de las composturas de mi barrio, entregan la tarea con puntualidad y eficacia. Y abren más tiendas: todos los días. Eso es la economía: saber hacer algo que otro necesita. El resto es literatura de la peor.