Un niño de la Vall d´Uixó con parálisis cerebral tiene un andador NF Walker que cuesta 7.000 euros gracias a la solidaridad de asociaciones y vecinos, mediante donativos y rifas. Los medios de comunicación informamos de la reacción social ante la situación injusta, y lo que parece una buena noticia no lo es. Porque lo que subyace es que andar es un lujo y no un derecho para cientos de niños con problemas psicomotores. Esta ortesis patentada en Noruega y que se prescribe por el sistema público de salud en Alemania desde hace una década es cara para nuestra Conselleria de Bienestar Social. En la Comunitat Valenciana se subvenciona en un 50 % si se conceden ciertas ayudas individuales para personas con discapacidad, otras como la de Madrid intentan clonarla y patentarla. Un servidor, asesorado por el fisioterapeuta Jaime Martínez, fue pionero de este soporte técnico en Valencia, aboné los 7.000 euros y lo mostré a los responsables administrativos de Sanidad y Educación. Quedaron impactados al ver a un niño condenado a estar sentado en una silla de por vida andando por los pasillos del colegio. Ocho años después, caminar para estos niños sigue siendo un lujo.