La ministra de Sanidad, Ana Mato, y los consejeros de las comunidades autónomas, entre los que se encontraba el valenciano Manuel Llombart, acordaron el pasado sábado en una reunión celebrada en Barcelona, mejorar la gestión de las listas de espera, con el compromiso de dar prioridad al criterio de los médicos en la confección del plan de actuación.

Hasta el momento, la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana ha puesto en marcha dos modalidades antagónicas: por una parte un plan de choque para derivar pacientes a la sanidad privada, que se puso en marcha en los años 90 como medida excepcional y se convirtió en una medida estructural hasta que en julio de 2012 se cortó el gasto por la situación de las arcas del Consell, y por otra, la apertura de los quirófanos de los hospitales públicos por las tardes, que en el plan denominado autoconcierto ha tenido este verano la última muestra.

Los resultados de ambas actuaciones llevaron ayer al sindicato Comisiones Obreras a pedir al conseller que aumente la dotación económica del autoconcierto para reducir las listas de espera, en lugar de recurrir a un nuevo plan de choque en la sanidad privada, que el mismo Llombart ya ha anunciado como uno de sus objetivos a medio plazo. Los datos, como siempre, son tozudos. El autoconcierto ha permitido intervenir quirúrgicamente en tres meses a 4.770 personas, con un gasto de menos de dos millones de euros, frente a los 22 millones gastados en 2011 en el plan de choque con la sanidad privada para realizar 27.400 intervenciones. Según CC OO, con ese mismo dinero se podrían haber operado en la red pública un total de 52.470 personas, con lo que Llombart deberá explicar con detalle los motivos por los que optará por una u otra medida.