Todo el mundo sabe que los ejemplos locales son exportables y yo tengo uno muy bueno que necesito contar. Vivo en un pueblo de origen industrial donde, paradójicamente, ubicar industrias resulta muy complicado por cuestiones topográficas y ambientales. En este contexto de hambre de suelo industrial se entiende que a finales de los años 90, justo antes de unas elecciones locales, el gobierno municipal socialista optará por ubicar contra un informe del IGME de 1990 y los ecologistas, que, como dicen algunos, «siempre dicen a todo que no», un polígono industrial en una zona margosa con riesgo de deslizamiento por lluvias torrenciales y/o prolongadas, a la que se le rompió la estabilidad al convertir varios bancales en un único talud, taponando los barrancos con una mezcla de arboles y tierra. Además, se le dio acceso por una zona abarrancada y también en deslizamiento. Desde entonces algunas industrias allí ubicadas sufren la invasión de la tierra en movimiento. Las distintas administraciones, tanto socialistas como populares, tanto autonómicas como municipales, han ido reparando este acceso con dinero público, sin obligar a la empresa urbanizadora a aplicar las medidas correctoras del estudio de impacto ambiental y las resoluciones del TSJ valenciano. El año pasado, el deslizamiento, provocado por un temporal más de lluvias persistentes, quebró definitivamente ese puente, dejando casi incomunicadas esas industrias, que ahora cuentan con un acceso «parche» provisional de más de 200.000 euros. Según parece, los técnicos municipales se vuelven a plantear arreglar el antiguo puente. Conclusión, ¿cómo arreglar algo que no tiene arreglo? La viabilidad económica a corto plazo puede que sea reparar el puente, pero a medio y largo plazo las tierras en deslizamiento sobre las que se asienta cualquier estructura que se haga ahí, incluida la solución provisional, se volverán a mover. Es un polígono que no debería haberse hecho ahí porque todo él está en movimiento pero ya que está hay que darle solución. El acceso tendría que hacerse en una ubicación superior, evitando cortar transversalmente todo ese deslizamiento. Visto lo visto, cuando, ante futuros proyectos industriales, se me dice que está todo controlado, créanme, yo tiemblo.