El líder de Compromís, Enric Morera, deja caer en las Cortes que el presidente Fabra es del Real Madrid, con la intención de perjudicarle aún a sabiendas de que no es verdad. Sin embargo, está dispuesto a perdonarle esa misma veleidad al secretario general socialista, Ximo Puig, merengue confeso, a quien anima a no buscar un pacto con los populares sobre financiación estatal para la Comunitat Valenciana, sino a acabar con ellos, «ahora que los tenemos contra las cuerdas», como escribía ayer. El exalcalde de Morella alimenta la esperanza de un gobierno tripartito de izquierda y nacionalistas, aunque también mantiene abiertas líneas con los populares porque la zona electoral que comparte con ellos es la que da y quita gobiernos y mayorías. Rita Barberá, en cambio, se confiesa aterrada por los posibles efectos de la coalición para la capital, aunque su declaración implica que por primera vez en 22 años admite que puede darse el caso. Puede estar tranquila. Toni Cantó le garantiza el puesto.