Una exploración realizada en la calle por la edición digital de Levante-EMV revela que la mayoría de la gente no tiene la menor idea de qué se celebra en Halloween, pese a que muchos de ellos se entregan a la festividad con interés y no poco gasto, sobre todo si hay chiquillos por medio. La prestigiosa «Wikipedia», compendio electrónico de errores muy utilizado por estudiantes universitarios, asegura que la palabreja procede de la contracción de «All Hallows´ Eve» (víspera de Todos los Santos), por lo que al menos en el nombre no está tan alejada de las costumbres católicas paisanas como muchos se empeñan en asegurar. Luego están las calabazas, los disfraces de meter miedo y cierta pasión por los caramelos. Y todo eso ha llegado a la ribera del Mediterráneo a través del cine norteamericano, lo mismo que el orondo Santa Klaus, totalmente integrado desde hace años. Por desgracia, aún no hay una buena película de «El monte de las ánimas» de Bécquer. Da miedo.