Entiéndase esta afirmación como adhesión propia y unilateral a la campaña que ha iniciado el Molt Honorable de ahora, con su sociedad civil, en apoyo a la marca València tan depauperada hoy en día. Y me refiero a las del sur de la capital que las del norte me quedan a trasmano.

Sucede que la playa está sin hacer, en ese deshacer constante del que se encargan las sucesivas ampliaciones del puerto, del que somos un sucedáneo y como un amarre supletorio. Si vienen les va a pasar como cuando abres en el hotel, por equivocación, la habitación de al lado y está hecha un desastre, como la dejó el último huésped.

Hace un año tuvimos dos barcos varados en la arena, qué poético, de lo que solamente nos acordamos quienes vemos el mordisco y las consecuencias de aquella catástrofe.

La playa está desde hace más de un mes dejada de la mano de la Sociedad de Agricultores de la Vega, por despago del Ilustrísimo, y es una pena que vayan los turistas y se encuentren con los detritus, plásticos, cajitas de cebo vivo, enseres varios y botellas rotas. Es mucho mejor que vean la arena desde el bus turístic o desde las terrazas de los restaurantes, generosamente ampliadas al edificio original, mientras degustan lo que les guste.

La costa sur, la costa del parque natural, está custodiada desde Madrid y va corroyéndose paulatinamente mientras crece el puerto a la espera de que la tengan que abandonar los habitantes que ya han recibido el primer aviso. A un grupito elegido les han quitado ya la propiedad y se la cambian por una concesión. Olé.

Le pregunté al concejal Vicente Aleixandre cuando pondrían luz para poder ir hasta la parada del autobús, se enfadó y me dijo que la culpa era de Zapatero y que él, con lo que manda, no había podido poner farolas para ir al cementerio de El Palmar. Y le replique que qué haría él si le quitasen la propiedad de su casa. Y dijo que protestar.

Pues a los habitantes de la playa, que viven en unas calles de Valencia muy mal iluminadas, sin asfaltar, sin autobús de la EMT, que pagan impuestos igual que los de la avenida del Puerto y les quitan la propiedad de sus casas porque han sido elegidos para cumplir únicamente ellos la ley, protestan muy poco.

Esto es mejor no decirlo y que los turistas no se enteren. No lo entenderían, como no lo entiende casi nadie. Mejor que los turistas no vengan a la playa y tengan una imagen en tecnicolor.