No podemos menos que saludar la iniciativa tomada por el PSOE pidiendo la exhumación y entrega de los restos de Franco a su familia y cambiar de evocación y uso el Valle de los Caídos, deuda que tenemos todos para con nuestra historia y, sobre todo, con decenas de miles de víctimas asesinadas y víctimas vivas que a diario conviven con el único macro-santuario en Europa en honor de dos asesinos. El complejo funerario no es fruto de ninguna iniciativa por la reconciliación; inicialmente se trataba de un monumento faraónico construido por presos republicanos a mayor gloria personal de su promotor y los valores que iba a imponer a España a sangre y fuego. A la sombra de esa colosal cruz se siguieron extendiendo el odio y el terror bajo un plan de exterminio preconcebido. Representa exactamente eso para millones de españoles, una enorme espina clavada en la dignidad colectiva.

Los familiares de las víctimas, de todas, tienen en común su inmenso amor por ellos y su memoria. No es de extrañar que le dijeran a Franco cuando les reclamaba esos cuerpos, como compañía perpetua en su mausoleo, que sus muertos, por muy «caídos por Dios y por España» que fueran, ante todo querían tenerlos junto a los suyos y no formando parte de un decorado€ Las consecuencias fueron funestas: rapiña generalizada por toda España en busca de cuerpos, fueran de quien fueran, para que el dictador no estuviera solo.

En honor a todos ellos, puesto que están mezclados a la fuerza, es por lo que dudamos de su demolición, pero no albergamos duda en cuanto a que si hay alguien indigno de estar allí, son el dictador y su amigo. Apoyamos su exhumación y entrega a sus familias para que hagan con sus restos lo que quieran, llamando la atención de que decenas de otras familias nunca pudieron hacer lo mismo. Miles de víctimas aún andan buscando una mano amiga que les ayude a sacar a sus difuntos, españoles como los demás, de cunetas y barrancos por España.

Como mínimo, cumpliendo la ley se debe retirar todo elemento que haga apología al franquismo y, cuando sea posible, ir devolviendo los restos de los secuestrados a las familias que los reclamen. Hasta entonces, creemos obligatorio y prudente conservar lo esencial de la edificación, en honor de las víctimas y no de sus verdugos. Saludamos esa iniciativa; sabemos el resultado de la votación con la regalada mayoría absoluta del PP, pero estas iniciativas señalan que no hay vuelta atrás; cuando echemos al PP dentro de dos años, debe iniciarse una nueva etapa en la política hacia la memoria histórica.