A un señor de la FIFA se le ocurrió imitar a Cristiano Ronaldo, general malhumorado de los merengues, y desencadenó una reacción en cadena: el macizo de la raza, enfadado porque Messi había quedado más guapo; Cristiano, genial en Sevilla, saludó militarmente para dejar claro que él no ha venido al mundo a caer simpático (escribiré algún día del extremo pundonor del açorino) y la directiva del Madrid „en lo que tiene de depósito de las esencias patrias„ que coloca un mural de quince metros con el futbolista en calzoncillos: si en el Bernabéu no han montado una sauna gay, es que quieren enviarnos algún mensaje.

Y el mensaje, lo vamos captando, pero si yo fuera partidario de mantener este país como entidad política (y lo soy), estaría muy preocupado por la falta de atractivo de España, que no es una marca, la marca fue Cataluña, pero se hizo grande y emancipada. Rajoy tiene la expresión de quien acaba de recibir en la cara una tarta de merengue y le ha dado el tiempo justo de limpiarse en el baño, pero no de salir del estupor. El jefe del Estado pasa más tiempo en el taller que en la carretera y no logró renunciar a las cosas de juventud: eso de llevar la escopeta siempre cargada así en la sabana como entre sábanas; la llamada fiesta nacional, está en sus horas más bajas; tenemos poco teatro, casi ningún cine y dicen los expertos que la danza está a punto de desaparecer ¡En el país de Antonio Gades, Nacho Duato y Carmen Amaya!

Una pequeña escaramuza en el gobierno de Asturias ha dejado claro que el sistema de turnos „un régimen muy antiguo: es de antes de la guerra„ no cambiará, si no le obligan, una forma de representación que consagra sus agencias de favores; no tenemos ciencia, ni trabajo, ni Olimpiadas, ni energías limpias. Los jóvenes con máster se van a Alemania, no como una posibilidad personal expansiva, sino huidos como la zorra con el rabo en llamas, pero la Iglesia y Pedro Morenés siguen cortando el cupón del dios de los ejércitos. Quizás piensen en llevarnos al huerto de malas maneras, si necesario fuera: mira como tiemblo. Curso de seducción.