No hay como hablar de fútbol, o del tiempo, cuando uno necesita contemporizar. Eso hizo ayer José Ignacio Wert: tirar balones fuera, aunque con la mala fortuna que le caracteriza, hasta que su partido le forzó a rectificar. En plena tormenta por la eliminación de ayudas oficiales a los Erasmus españoles, se puso a opinar sobre Diego Costa y su decisión de jugar con la selección española. En lugar de alabar las virtudes goleadoras del delantero, el ministro de Educación casi origina un conflicto internacional. «Tendríamos que estarle agradecidos porque elegir entre Brasil y España no es lo mismo que escoger entre Liechtenstein y España», vino a decir Wert del jugador del Atlético de Madrid. Bueno, es de sobra conocido que entre las bonanzas del Principado, un próspero paraíso fiscal con una tasa de paro del 2,8 %, no está la de ser una potencia futbolística. Pero claro, habría que recordarle que «la roja» „y no hace tanto de ello„ era motivo de desconfianza hasta para los más patrios. La memoria, ya se sabe, es muy selectiva.