Son fondos de la Unión Europea, pero quien se encarga de distribuirlos es el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, gestionado por Fátima Bañez. La asignación concedida a la Comunitat Valenciana está muy lejos de lo que le correspondería en función del número de desempleados registrados en el Servef „nada menos que 569.947 personas reclamaban trabajo a finales de octubre„ y del peso económico de nuestra comunidad autónoma. Tal agravio trasciende apenas unos días después del revés sufrido en los Presupuestos Generales del Estado, que también han resultado muy decepcionantes ante la discreta cuantía de las inversiones y los proyectos de obra pública que se destinan a la CV. Los desplantes del Gobierno de Mariano Rajoy comienzan a despertar una honda preocupación incluso entre las filas del PP valenciano, algunos de cuyos dirigentes, como el presidente provincial Alfonso Rus, han protestado reiteradamente por las insuficientes transferencias que llegan desde la capital de España en un momento de máxima necesidad económica. La Generalitat, históricamente marginada por un modelo de financiación autonómica irreal e injusto, se tendrá que conformar ahora con los 232,8 euros por desocupado que le ha otorgado Báñez. Si comparamos esa cantidad con los 306,2 euros que va a recibir Cataluña, los 306,6 que se quedarán en Madrid o los 279,2 euros que irán a parar a Andalucía, podemos medir cómo valora el Gobierno a quienes presumen de «ofrendar nuevas glorias a España».