Lo peor de la frase «el PSOE ha vuelto» es que podría dar cuenta fiel de la conferencia del partido socialista, en cuanto circunferencia. Estando las cosas como están, no basta ya con volver al sitio, pues el sitio, o sea, el nudo de los conflictos en que tiene sentido la actividad de un partido, ha cambiado de lugar y ahora está en otra parte.

No basta refundar un partido (caso de que se quisiera hacer), algo que sugiere repetición, ahora hay que fundirlos „al PSOE y a los otros„ para que tomen una forma muy distinta, en busca de una nueva legitimidad y de un nuevo marco político para hacerla posible. En su forma actual, los partidos, y la abusiva partitocracia a la que llevan, han perdido consentimiento social a chorro, y ya no valen pequeñas reformas. No hay democracia sin partidos, pero no hay la bastante con el modelo actual, y ése es el problema que ningún partido quiere ver.