La financiación de los proyectos prioritarios de las redes transeuropeas de transporte se debate hoy en el Parlamento Europeo. La inclusión del tercer carril „una solución provisional que permitirá multiplicar el tránsito de mercancías hasta que la economía española sea capaz de costear un auténtico Corredor Mediterráneo„ está asegurada. Ese eje ferroviario, que atravesará varias regiones costeras hasta alcanzar la frontera francesa, tiene garantizada la subvención prometida por la Unión Europea, que en principio debe alcanzar el 40 % del presupuesto total de una obra, que deberá estar acabada antes de 2030. Los corredores mediterráneo y atlántico figuran en la lista de los nueve proyectos prioritarios de la red básica diseñada por la UE. Los dirigentes europeos no albergan ninguna duda respecto a la bondad de esas inversiones, a las que tampoco puso en su día objeciones el Gobierno de España. La ministra de Fomento, Ana Pastor, quiere que esas obras se hagan, aunque prefiere que compartan el presupuesto que asigne la UE con otros trazados ferroviarios muy vinculados a su Galicia natal (el AVE Madrid-La Coruña o la conexión de esa ciudad con Vigo, Palencia y Gijón) y otras iniciativas que siempre ha visto con buenos ojos (como el trazado que unirá el Corredor Mediterráneo y cantábrico por Zaragoza o la autopista del mar Barcelona-Valencia-Livorno que tanto interés tiene para nosotros). Es decir, que Pastor apuesta por más obras para repartir pastel entre todos. El electoralismo político siempre se ha impuesto al raciocinio.