El corredor ferroviario más rentable y con más viajeros de España continúa su viaje por despachos en medio de continuas expresiones de apoyo jalonadas con zancadillas financieras y enaltecimiento de competidores. La siempre exportadora Comunitat Valenciana iba a tener una plataforma doble de tren de alta velocidad y de mercancías a la altura de sus necesidades y expectativas. Pero cuando había que construir esa plataforma de ancho europeo que evitara un cuello de botella en el Cabanyal y otro en Vinaròs, el presupuesto iba a otras cosas. La presión social hizo rectificar a unos cuantos, que por fin vieron la luz del Corredor Mediterráneo, pero ya no había dinero. Y se pensó en varios parches, como instalar un tercer raíl entre los dos actuales o suprimir el túnel previsto en Valencia. Nunca un AVE irá por esos parches a la misma velocidad que circula por la flamante doble vía que une las cuatro capitales catalanas con la frontera francesa. Pero eso es aspirar a demasiado.