Según la REVE (Revista Eólica y del Vehículo eléctrico) el Gobierno español quiere cobrar un impuesto a los particulares que generen luz a través de energías renovables, como la energía solar fotovoltaica y la mine eólica. Así se gravará este autoconsumo con un nuevo impuesto confiscatorio. Esta es una mala noticia para los particulares que han hecho una gran inversión económica, de tiempo y de energías para instalar paneles solares (energía fotovoltaica) y molinos de viento (energía eólica) por el autoconsumo. Estas estrategias son útiles para frenar el actual calentamiento climático, y conseguir también una gestión más eficiente de la energía en España. Es muy triste comprobar como un gobierno de derechas aplica una política conservadora, en vez de ayudar a promover estas energías, que pueden generar nuevos puestos de trabajo, hecho clave en esta crisis, desincentiva su uso. En cambio la contribución de las energías renovables a gran escala respecto el gasto energético ha aumentado en el último año, especialmente la eólica, pero también tenemos que tener en cuenta su impacto negativo en el paisaje. España tiene un clima ideal para promover estas dos energías, especialmente la energía fotovoltaica que aprovecha la radiación solar para funcionar, estamos en un país donde las horas de sol son abundantes, con la excepción de la fachada cantábrica. Esperamos que en los próximos años haya un cambio de mentalidad, o volveremos atrás dentro del modelo de desarrollo sostenible que promueve la Unión Europea.