El mismo día en que se dan a conocer los restaurantes que, como templos del sabor, se han hecho merecedores de «estrellas Michelín», científicos valencianos presentan como logro que un cruce de macho cabrío surafricano «boer» y cabra murciano-granadina da como resultado unos cabritillos que van a sacar a los ganaderos de pobres. Alcanzan el peso ideal para ser sacrificados, nueve kilos, 35 días después de nacer, cuando los ejemplares de las razas paisanas tardan 53 días. El resultado es 6,3 euros más por cabeza vendida. Desde el respeto a los investigadores y los mejores deseos a los ganaderos, el sindicato de comedores de cabrito, que acaba de ser constituido desde estas líneas, señala que esa carne es la esencia misma del sabor y que si se quiere poner en peligro será una pena. El pollo sabía a pollo hasta que llegaron los aceleradores de crecimiento. Ahora, un pollo y un gallo de corral no parecen ni de la misma especie animal. Si hay que comer todo así, mejor pastillas concentradas.