No será una venganza pero se le parece mucho. El Ayuntamiento de Valencia ha decidido calificar como fuera de ordenación urbanística las últimas plantas de la finca existente frente a la basílica de la Virgen, cuyos propietarios se niegan a admitir en su fachada las fijaciones del toldo que da sombra a la plaza. 300.000 euros ha costado al ayuntamiento la lona que lleva ya dos años en el tejado del templo mariano sin haber sido desplegada una sola vez. El vicealcalde Alfonso Grau la encargó y la instaló, y cuando fue a desplegarla se encontró con el rechazo de los vecinos, que aseguran que el edificio tiembla cuando el toldo flamea. Hasta la alcaldesa ha tenido que arremangarse y recibir a los combativos moradores sin resultado. Ahora, la finca es demasiado alta para estar junto a la basílica y la catedral. Y eso que se construyó con todos los permisos municipales y una servidumbre para los anclajes del toldo. La cosa no parece entrar en vías de solución por este camino.