La Constitución proclama que todos los ciudadanos tenemos derecho a una vivienda digna, una sanidad pública, una educación gratuita y de calidad, así como también que todos somos iguales ante la ley. Esto último ha sido repetido hasta la saciedad por el rey, aunque, sin embargo, nos siguen pareciendo principios programáticos a los que siempre debe anteponerse el «casi», como vemos todos los días en las noticias.

La imputación, desimputación y reimputación de la infanta Cristina nos demuestra que todos somos casi iguales ante la ley, algo que no debe sorprendernos, ya que el propio Tribunal Constitucional tiene acuñado desde hace décadas el concepto de lo diferente, con el que se justifican aquellas situaciones donde los ciudadanos somos casi iguales. Está claro que esa doctrina se aplica para otras cuestiones, pero permítase la analogía a este tema.

Quién puede creer en esa utópica igualdad, cuando el Gobierno tiene fijada una tasa judicial para acceder a los tribunales o cuando la capacidad económica de las partes es la que determina nuestra posibilidad de contar con una mejor o peor defensa letrada. Planteadas así las cosas, no podemos más que manifestar nuestra perplejidad e incomprensión, ya que en un procedimiento penal donde presuntamente ha intervenido una sociedad mercantil coparticipada por un matrimonio, ambos cónyuges estarían imputados en vía de instrucción desde el principio. No es cuestionar a los profesionales que están interviniendo en el caso Nóos, sino resaltar que en estas actuaciones la Justicia es inusualmente garantista con los derechos de las partes, mientras que en la práctica habitual de los juzgados, la Fiscalía suele asumir un papel residual en la instrucción.

Exceso o defecto, igualdad o diferenciación de trato, lo único cierto es que al final la infanta parece que tendrá que hacer el paseíllo ante los juzgados, si los servicios de seguridad lo permiten, pero desde la plena convicción de que todos los ciudadanos somos casi iguales ante la ley, sirviéndose de un Ministerio Fiscal totalmente entregado a la causa de su no imputación, con un servicio jurídico de minutas astronómicas y una Brunete mediática dispuesta a exculparla antes incluso de su declaración.