Los vecinos del barrio de la Seu andan alzados contra el plan del señor Serra, que vive en la plaza de San Luis Beltrán, junto a l´Almodí, para derribar unas antiguas caballerizas de un palacio que adquirió hace años para elevar un nuevo edificio. Personalidad sobrada tiene el inmueble en el que reside, hace mucho tiempo restaurado y no sé por qué necesita más espacio cuando muchas familias se han de conformar con 90 metros de superficie.

A mí me explicaron los Font de Mora que en este antiguo palacio vivían ellos y que era de los Montesinos (cuyo blasón campea en la portalada). Aquí han nacido Lluís Font de Mora, el economista y exconseller, o su hermana, que casó con un Caruana. También creo que Pedro Agramunt o su madre, vivió aquí. Como fuera lo vendieron y llegó el industrial (un especialista en arte, me dijo, hace 30 años: «ferros, ferros i ferros»).

Por entonces se supo que poseía una gran colección de pintura gótica valenciana. Desconozco si jamás ha hecho una jornada de puertas abiertas como buen vecino... O si ha prestado obras a exposiciones de nuestros reputados museos. Me huele que no ha hecho ninguna donación, por ahora. Hay descuentos de Hacienda si insinúas esa futura intención.

Lozano, el arquitecto responsable del proyecto, o del más ambicioso para la dársena, y actual miembro del CVC „por impulso de Consuelo Ciscar„, se escuda en que total «hay dos arcos» que se conservarían. Me temo que si empieza a hacer cimientos saldrá la Valentia romana y tendrá más problemas de los que cree. Podría utilizar el edificio colindante con el palacio, mucho más grande y que necesita restauración. Amenaza caerse si no se actúa. Esa sí que fue la casa natal del santo.

Este ayuntamiento lo permite todo. Hace poco echaron una casa que parecía del siglo XIX y como me señaló Carlos Soler, la dovela y otros elementos eran del XV o XVI. Y en la Bosseria han derribado otra que ha dejado varias columnas góticas en el suelo, como si nada. Van asolando Valencia. Y presumen de amar «lo nostre». Un amor que casa mal con la especulación.

Tras la burbuja de la Copa del América cerraron varios hoteles, como el Sidi Saler. O que han cambiado de empresa, como el Abasiri, que reabrió SH, el Hilton ahora con la cadena Meliá. Aunque el año pasado aumentó el número de turistas no así los ingresos. No me opongo a que el edificio sea hotel, como si Calatrava convierte su casa de la plaza de la Virgen en uno. De hecho ocupa parte de la plaza abusivamente. Va a ser un destino con difícil acceso y no digamos el aparcamiento en la zona...

Los Serra ya añadieron un sobreelevado polémico, para el hijo. Pasó a pesar de que llegó a discutirse su idoneidad. Los edificios históricos son patrimonio y deben respetarse. Los miembros del CVC han de ser los primeros en implicarse en su conservación. O dejar la poltrona y dedicarse al negocio privado. No veo que sea éticamente compatible.