Comenzamos un nuevo año que nos va a deparar varias novedades en lo atmosférico. A finales de año, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre, se celebrará la Conferencia de las Partes de la Convención del Clima en París, que tendrá que aprobar -eso se espera- el nuevo protocolo de Kioto. ¿Serán capaces los gobiernos del mundo de encontrar un acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero? Lo vivido hasta ahora en este tema no invita a la esperanza. En estos primeros meses del año se confirmará el desarrollo -o no- de un fenómeno intenso del Niño. Por estadística, tocaría un evento ENSO de gran calado, pero la NOAA está siendo prudente en sus pronósticos estacionales. Habrá que esperar al mes de marzo para ver el valor del Índice de Oscilación del Pacífico Sur y calibrar el estado de este proceso de conexiones planetarias. Si finalmente se produce en episodio intenso, la temperatura mundial volverá a subir, como ya lo ha hecho en 2014, y el año 2015 podría volver a marcar un nuevo récord térmico mundial. Otro más. Y en España este año puede ser el de la confirmación del inicio de un nuevo ciclo seco de extensión ibérica. Esto es, la actual sequía que se padece en el sureste peninsular puede ir ganando intensidad en otras regiones climáticas y generar un episodio agudo de reducción de precipitaciones. Los modelos estacionales para este invierno así lo están indicando ya, pero será decisivo el comportamiento de las lluvias de primavera para estimar la evolución del ciclo. Y estas tres cuestiones sólo son aspectos de largo alcance. El tiempo atmosférico diario nos sorprenderá también con sus borrascas explosivas en unas semanas y sus olas de calor en verano. Temperie y clima no dejarán de ser noticia en 2015.

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