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Julio Monreal

Causas justas

El corazón de Nayra amenaza con dejar de latir y la sociedad reacciona a su llamada. La crisis ha agudizado la solidaridad de la población y ésta tiene dónde elegir

La familia y los amigos de la pequeña Nayra acudirán hoy a las puertas del estadio del Levante UD con ocasión del partido de liga para intentar recaudar más dinero en su empeño de sumar los 700.000 euros que la niña necesita para ser operada en Estados Unidos de una grave dolencia de corazón. La campaña arrancó con fuerza pero se frenó en unos 70.000 euros después de que los médicos que atienden en La Fe a la menor hicieran público que ellos no la operan porque no consideran oportuna la intervención, «por el momento».

La de Nayra es una de las numerosas causas solidarias que estos días están activas en los medios de comunicación y que parece como si hubieran cogido más brío desde que el Rayo Vallecano decidió pagar el alquiler a una anciana desahuciada por un prestamista en Madrid, desatando una ola de indignación contra el insensible Gobierno de Rajoy. Aunque la de la niña es una causa vital, y esas son palabras mayores que remueven conciencias.

Varios escalones más abajo, hasta Ximo Puig se ha visto impelido a pedir el indulto en beneficio de la última protagonista de una causa justa en salir a la palestra. Sara González se encontró una cartera y usó los documentos para comprar unos teléfonos móviles, que activó y domicilió a nombre de otros para luego venderlos y, con el beneficio, comprar comida (¡!). Ahora tiene que ir a la cárcel y le echa la culpa a su abogado de entonces, José Luis G. C., de quien dice que la engañó. Su nuevo abogado, Juan Gargallo, ha reconducido su caso introduciéndolo en el menú informativo y presentando su peculiar historia ante los ciudadanos, pero su abogado más nuevo aún, Jorge Albertini, es su máxima esperanza de las últimas horas, ya que logró el indulto para otra valenciana, la requenense Emilia Soria, que también se encontró una cartera, aunque ella se fue directamente a comprar comida para su prole con las tarjetas, sin activar teléfonos móviles ni venderlos ni nada.

Con tanto reto solidario, uno no se explica cómo pudo ser retirado de la parrilla de TVE aquel programa vespertino «Entre todos» que presentaba Toñi Moreno y que atrajo sobre sí feroces críticas de múltiples procedencias. Puede que fuera porque no lo presentaba un abogado con contactos.

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