Es bastante menos conocida que la atlántica NAO y la mediterránea WeMOi y por supuesto que la archifamosa ENSO. Se trata de la Oscilación Madden-Julian, la MJO. En las latitudes templadas el tiempo es más predecible, al estar gobernado por las ondas de Rossby. Pero en 1971, Roland Madden y Paul Julian encontraron una oscilación al estudiar las anomalías de los vientos zonales en el Pacífico tropical. Utilizaron en el estudio los registros de presiones de la ciudad de Canton y de los vientos a gran altura sobre Singapur. Recibida al principio con escepticismo y poco interés, recibió mayor atención tras el importante evento de El Niño de 1982 y 1983. Hoy es considerada como la mayor variación en el tiempo tropical en escapas de semanas y meses. También conocida como oscilación 30-60 ó 40-50 días, afecta a toda la troposfera tropical, si bien sus efectos son especialmente evidentes en el Índico y en el Pacífico occidental. Dichos efectos se extienden al viento, la temperatura marina, la nubosidad y la lluvia, interrelaciones lógicas teniendo en cuenta que la mayor de la precipitación de los trópicos es convectiva, originada por el calentamiento de la superficie.

¿En qué consiste? Pues en un movimiento hacia el este de la nubosidad y de las lluvias a lo largo del Ecuador y que acontece cada 30-60 días. Las anomalías de lluvias se desplazan hacia al este a una velocidad de 5 m/s, de modo que si tenemos lluvias ó aridez en África, esta situación meteorológica va a evolucionar hacia el este, alternándose entre el meridiano de Greenwich y la línea de cambio de fecha. Esta oscilación afecta a la circulación global, determinando la intensidad e inicio de los monzones e interactuando con El Niño. El tiempo y el clima, un domino complejo con miles de piezas unidas.