La vida no va de cromosomas, va de personas anónimas que todos los días son capaces de levantarse para seguir luchando, va de héroes cotidianos que marcan la diferencia, en definitiva, va de corazones. El próximo 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, y la campaña promovida por Down España bajo el título «La vida no va de cromosomas», está siendo todo un acierto. El video cuenta el testimonio de 10 madres e hijos con y sin síndrome de Down, donde el amor y la felicidad que todos ellos sienten por la relación que les une, no viene marcada por ninguna diferencia. Un spot con el que se demuestra que el corazón no entiende de discapacidades y donde se destaca el valor fundamental de la igualdad.

Con este video, Down España sigue en su incansable labor de normalización y aproximación al conocimiento de esa alternación genética que les afecta, pero además, consiguen llevar a la sociedad aquello que vivimos los que trabajamos diariamente con personas con discapacidad intelectual, y que no es otra cosa que la diversidad funcional está exclusivamente en los ojos de quienes la miran. Acercarse a la actividad realizada por esta entidad, así como la de muchas otras que se dedican a la atención de menores con discapacidad, es comprobar la importancia de las políticas sociales y la necesidad de seguir defendiendo unos estándares adecuados de financiación para las mismas. En esa línea, debemos recordar el compromiso de todas estas entidades, que en mayor o menor medida han asumido como propia la obligación legal derivada del artículo 49 de la Constitución, donde se impone a los poderes públicos la obligación de realizar una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los discapacitados físicos, sensoriales y psíquicos. De ese modo, si al sector se le ha delegado esa responsabilidad constitucional, como lógica contraprestación, la Administración debe proporcionarle los recursos económicos que necesite para su desarrollo con dignidad.

Bajo ese prisma, y como siempre hemos defendido, los recortes en áreas tan sensibles como la discapacidad atacan directamente el concepto mismo de ciudadanía y el principio de igualdad, perfectamente retratados en esta campaña de concienciación. Todos somos iguales, pero para hacer efectivo ese derecho, debemos remover los obstáculos que puedan impedirlo, y entre ellos, las políticas de recortes sociales.