Va en serio. ¿Recuerdan aquella frase célebre de Coco Chanel, «Nunca se es lo bastante rica ni lo bastante delgada»? Pues ya no. O ya no tanto. Hasta en su país, la Francia del chic estilizado por antonomasia, se acaba de aprobar la exigencia de un índice de masa corporal correcto para que las modelos puedan desfilar; algo que ya se implantó aquí hace unos años en la Pasarela Cibeles. Frente a las míticas medidas normativas 90-60-90, hoy Tara Lynn exhibe orgullosamente sus 96-86-116, que traducen su generosa arquitectura corporal: 1,75 de altura y 98 kilos de peso. Con tal configuración, la americana es actualmente una top-model en su género, es mimada por los fotógrafos punteros (Steven Meisel, Patrick Demarchelier, etc), copa portadas de las grandes revistas y últimamente ha desfilado para El Corte Inglés lanzando a moda Curvy para la que estos grandes almacenes poseen su propia línea Couchel, además de otras marcas conocidas.
Todo viene de lejos. Recuerdo, en los 80, los desfiles Supersize en la «Igedo Modemesse» de Düssledorf, y no mucho después, otros similares en la feria madrileña. Poco a poco fueron proliferando las firmas exclusivas de tallas grandes „como Elena Miró, Dona Fern y otras„ y también las que añadían a su producción un capítulo especial: Marina Rinaldi, de Max Mara; B i B (Big is Beautiful) de H&M; AD+, de Adolfo Domínguez; Violeta de Mango; hasta Elena Benarroch llegó a acuñar su EB XL.
Se ha ido imponiendo por su propio peso (nunca mejor dicho). Un 20 % del total de la moda femenina corresponde a tallas grandes. Y va en aumento, porque cada vez son más las mujeres que deciden arrumbar los cánones impuestos, dejarse de monsergas y aceptarse tal como son.
La misma Tara Lynn ha relatado su caso: «Perdí 30 kilos en dos años, pero estaba hambrienta y siempre me dolía algo. Así que dejé mi cuerpo en paz, volví a engordar y volví a sentirme feliz». Algo parecido le sucedió a Crystal Renn. Y ella, Tara, Lizzie Miller o Robyn Lawley triunfan con una imagen exuberante, saludable y risueña. En Septiembre de 2009 en la revista Glamour „edición estadounidense„ pudo verse a Lizzie Miller exhibiendo sonriente sus «michelines». «Esa foto recibió más atención que casi cualquier otra de la historia de la moda», aseguraba Jon Ilani, de la Agencia Wilhelmina, que representa a Miller. Y es que, como dice la socióloga Carmen Bañuelos, «No existe una talla más o menos normal. Cada persona tiene la suya, que puede estar o no en boga. Ha de haber imágenes mediáticas que rompan los moldes expuestos».
Pues bien; esa moda para mujeres reales dispone en nuestra ciudad de un nuevo e importante foco. October, el grupo empresarial valenciano que cuenta con más de 80 tiendas en nuestro país y cerca de 30 en Portugal, Italia, Mexico, Guatemala y Chile, festejará el próximo jueves la apertura de su tienda insignia en Valencia, en la céntrica esquina Colón-Pizarro. Ofrece una decena de colecciones que captan las últimas tendencias de Primavera/Verano en todas las tallas; hasta la 54. Buen tamaño y moda-moda. También calzado y complementos.
La revolución curvilínea impera. Sentirse a gusto consigo misma es la consigna; vestir a gusto es un derecho. ¡A ejercerlo tocan!
