Se trata de una noticia perdida en un muro de una red social, parlamento democrático y popular. El texto nos remite a que el juego de pelota originario, aquel que se jugaba en las plazas, alabado por Peña y Goñi, el mismo que enfrentó a vascos y valencianos en el legendario desafío de Cartagena hace tres siglos, o el que jugaron los mejores de habla euskara o valenciana ante el rey Fernando VII en pleno centro de Madrid, ese juego puede regresar a los espacios abiertos, a las plazas que se extienden por todos los territorios de habla y sentimiento vasco. Se trabaja para la creación de un primer equipo guipuzcoano. Es el empeño de unos pocos entusiastas, escogidos apóstoles de este embrión de renacimiento del juego que anida en el corazón de frisones, flamencos, valones, toscanos, picardos, valencianos, mixtecos, tarascos o pastusos del Nariño colombiano...
Porque es cierto que habrá modalidades más televisivas, más «modernizadas», más dinámicas, pero el juego a Largo, Llargues, Bote Luzea, juego directo, es el que ha escrito la historia de hazañas recordadas por escritores de renombre en tantas lenguas, en castellano, en valenciano, en vasco, en francés, en flamenco, en italiano. Tiene un denso valor cultural. No es el heredero de un juego antiguo: es el mismísimo juego que señoreaba por la Europa romana, el mismo que más tarde se fusionó con los juegos indígenas de las tierras encontradas allende los mares.
En esa tarea recuperadora está involucrada la Federación de Euskadi de Pelota Vasca presidida por Patxi Jaúregui, sensibilizada hacia aquello que dignifica la historia vasca. Por ello, la colaboración entusiasta del presidente de la Federación de Pilota Valenciana, José Daniel Sanjuán, que lidera este proceso de encuentro entre las formas de entender este deporte en diversas regiones del mundo.
En breves fechas habrá una cumbre en Donostia. Después será en Valencia. Y en ellas se consolidará, con toda seguridad, ese reencuentro con la historia que unió, a través del deporte, a tantos pueblos europeos. Pueblos que lo fueron antes de que se estructuraran los Estados actuales. Detalle este que convendría recordar.
