Imagino que al lector le cansarán tanto como a mí las continuas referencias de los políticos en activo sobre la ausencia de programa de Ciudadanos o Podemos y la constante alusión a que dichas formaciones dicen lo que los ciudadanos desean oír y en eso, que no en el demérito de los partidos tradicionales, parecen basar su irresistible ascensión en intención de voto. Se equivocan al no analizar las palabras de quienes estamos hartos de que se vapulee a las clases trabajadoras y medias, mientras se ponen a salvo los privilegios de unas pocas empresas y una panda de amiguitos.

Lo cierto es que el PSOE lo tuvo fácil y el PP aún lo tiene mejor si esperan obtener el favor de los votantes. Bastaría con acabar con la plétora de organismos inútiles o duplicados creados o mantenidos para apesebrar a sus fieles como las fundaciones, diputaciones y delegaciones y subdelegaciones del gobierno, ministerios sin competencias, embajadas de gobiernos autónomos sin competencias en política exterior y otros gastos suntuarios, eliminar las regularizaciones fiscales para los grandes defraudadores, suprimir figuras tributarias como las sicav, criminalizar el enriquecimiento ilícito, legislar el pago de impuestos, tanto para personas como entidades, allí donde se haya producido el beneficio de su actividad y no donde tengan su residencia fiscal, poner orden en la sanidad pública y evitar gastos innecesarios y privatizaciones dolosas, que incrementan los costes sin reportar mejoras, estimular y defender la escuela y las universidades públicas. En una palabra, administrar y gobernar para los ciudadanos y no para los miembros de su partido, la banca y algunas empresas.

Por eso, porque la gente está cansada de palabras vacías y promesas incumplidas es por lo que ya no vale el recurso al voto del miedo para mantener la alternancia del bipartidismo y no son creíbles las promesas de un Rajoy mil veces desmentidas por su acción política. Ha llegado la hora de apostar por nuevas alternativas y, no lo duden, que si las promesas de defender a las clases medias y los trabajadores de las nuevas formaciones se quedan solo en palabras, los ciudadanos tomaremos nota para que quien mienta tan estrepitosamente como lo ha hecho el PP para descabalgar al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no pueda volver a engañarnos. Lo cierto es que ha llegado la hora de los hechos y de la política al servicio de la colectividad y en contra de las desigualdades, los abusos y la injusticia.

Ya ven, teniendo mayorías absolutas, ganar elecciones debería ser tan fácil como escuchar a la calle, denunciar a los corruptos y gobernar con justicia y con criterio. Lo otro, los millones de puestos de trabajo ofrecidos a trabajadores en paro con salarios disminuidos, eso sí que son palabras vacías.