Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un juego romano en tierras de su imperio

En esta historia creativa de la recuperación del juego de pelota a mano, la fecha del sábado 4 de abril de 2015, víspera de la Pascua de Resurrección, quedará como un hito importante, simbólico. Constará como el día en que el viejo territorio de la Lusitania inició un caminar hacia el tiempo que nos traslada al espíritu de los siglos en los que el «herpastum» entretenía a las gentes de Mérida, capital que fue de aquella provincia romana, o Évora, cuando los romanos hicieron de ellas lugares relevantes de su Imperio.

Sobre las ruinas del circo romano de Mérida han querido los impostores del «pádel» mostrarse como sucesores de los viejos juegos romanos de pelota a mano.

El pueblo no podía permitir paredes de metacrilato sobre la arena que rendía tributo a la diosa Diana. Si allí se hubieran presentado los emperadores de la pilota o sea Genovés, Fredi, Sarasol, Grau y Álvaro. Como hicieron aquel día en Sagunt, las puertas de la historia se hubieran abierto de par en par. «Pasen hermanos, gracias por volver para que nuestros muros, nuestras columnas, nuestros baños y termas, nuestros templos y nuestros espíritus vuelvan a gozar con los juegos de pelota que nuestras legiones han llevado por las Galias, la Germania, la Liguria, la Hispania. Gracias por volver a vestir nuestras túnicas y con las manos limpias golpear la «pila» para el gozo de cuerpos y mentes».

Por todo ello, en esta fecha, en este rincón perdido de una freguesia de Setúbal, la vieja Cetróbriga, los jóvenes de la Asociación Portuguesa de Pelota a Mano y los del Club de Quart de Poblet han plantado una simiente en la hermosa tarea de cultivar la Amistad Ibérica entre herederos de los pueblos lusitanos y edetanos. Ellos personifican la historia circular: el alma eterna de los pueblos resucita para derribar fronteras alzadas por guerras, botín de intereses infames. Lo hace con el vigor de la juventud revolucionaria, idealista, limpia y culta. Gentes románticas de la vieja Lusitania ofrecen sus manos a jóvenes de la vieja Valentia romana, unidas por el juego de pelota. Una hermosura.

Compartir el artículo

stats