Si yo pudiese hablar con el «president» le recomendaría que antes de la campaña electoral convocase una gran rueda de prensa para, en primer lugar, pedir perdón a los valencianos por las políticas de recortes que se ha visto obligado a implantar. Y explicarles que al aceptar la Presidencia del Consell conocía perfectamente la ingrata política que tenía que desarrollar, muy desagradable por cierto para cualquier político que a lo que en realidad aspira es a inaugurar y crear instituciones o infraestructuras. Si aceptó conscientemente fue por servicio al partido y a la Comunitat y no por satisfacción política personal. El sabía que le esperaba la trinchera y no el palacio.

Y luego pasaría a confesarles las inquietudes, desvelos y hasta remordimientos superados en largas noches en blanco, vividas en soledad, antes de hacer públicas unas decisiones que implicaban despidos o destrucción de estructuras o entidades creadas a lo largo de treinta años de autonomía.

Eso es algo que se le atraganta a uno y se lo piensa muy bien antes de decidirlo. Pero había que hacerlo y se hizo, aunque significara enfrentamientos con antiguos compañeros de partido y también una carga de desprestigio ante el electorado. Y eso ha sido su labor. Limpiar la imagen del partido y recuperar la supervivencia económica de una Comunitat que vivía por encima de sus posibilidades al borde del rescate por el Estado.

Por eso como «president» debía dar las gracias a un pueblo como el valenciano que había soportado los recortes y restricciones imprescindibles y necesarios, con paciencia comprensión y resignación. Conociendo la situación en que se vivía y aceptando las soluciones como necesarias.

Así se debería comenzar la campaña electoral, con una explicación, una petición de perdón y un agradecimiento a nuestro pueblo que fue capaz de dar su nivel de mayoría de edad sin protestas ni rencores.

Pero un político no puede ser solamente una máquina de destruir. Un político ha de ser el arquitecto de un futuro mejor y tiene que comparecer electoralmente con un programa de mejoras para los ciudadanos. Y ese ha de ser su segundo compromiso público. El de reestructurar y reconstruir a nuestra Comunitat dentro de nuestras posibilidades. Volviendo a abrir las organizaciones y las instituciones que podamos mantener y que nos puedan ser más útiles, seleccionadas cuidadosamente tras las recientes experiencias vividas. Eso requiere unos proyectos estrella para lanzar a nuestras ciudades hacia el futuro. Por ejemplo para Valencia el Parque Central, la vía rápida con Aragón y la frontera francesa o un Puerto Franco en la superficie de la ZAL tal como se ha concedido a Sevilla. La reparación del FFCC Xàtiva-Alcoi, el tren de la costa de momento hasta Dénia.

¿Y por qué no? El estudio de un Plan Estratégico ante una posible independencia de Cataluña, con el desarrollo de la autovía 232 Vinarós-Zaragoza, la oferta de suelo industrial a las empresas situadas en Cataluña a precios competitivos o el trasvase de agua del Ebro desde Mequinenza.

Los Estados Mayores de los Ejércitos realizan estos estudios como previsión ante un incierto futuro, para que no les sorprenda de improviso. Incluso creo que a los catalanes les haría reflexionar el conocer este tipo de proyectos

Y en cuanto a financiación adoptar ante Madrid una postura clara. O nos entregan los fondos necesarios o se devuelven las competencias que son una lacra de problemas. Así de golpe se podrían devolver al Gobierno las competencias de Justicia, Servicios Sociales, Instituto de la Marina y algunas otras que solo nos crean déficit y desprestigio, porque no se pueden aceptar competencias que no estén cubiertas por el presupuesto adecuado.

Y a esperar con la conciencia tranquila. Porque los votantes estamos necesitados de líderes que den la cara y respondan de sus decisiones políticas. Y cuando una persona se dirige a nosotros con humildad, nos explica sus problemas y sus apuros y se hace entender, lo normal es que los votantes le correspondan con su confianza y su comprensión. Lo otro, lo de aislarse en su torre de marfil y volver a las urnas como si no hubiese pasado nada es lo que se paga. Y gracias «president» por si lo lees, puede que te sea útil, que con esa intención se hace.