Coincidiendo con el inicio de año y con la jornada en que la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C exigía en la calle una vez más que los afectados por el virus sean tratados con los fármacos de última generación, el presi del Gobierno anunció lo que al mes el Ministerio de Sanidad aprobó: el plan estratégico para el abordaje de la Hepatitis C por el que más de 50.000 pacientes están en disposición de acceder a lo que parecía imposible. Pero no para aquí la cosa. En contra de lo decretado por alguien tan escrupuloso con los gastos como Ana Mato, su sustituto ha procedido a devolverle a los inmigrantes la atención primaria en el Sistema Nacional de Salud. Bien es verdad que no recuperarán la tarjeta que les fue retirada con la reforma sanitaria en 2012, pero también es cierto que hasta las generales queda margen. Y, si no, ahí está la marcha atrás que se le dio a las tasas judiciales; el giro con el iva del que, como nos descuidemos, nos devuelven la legislatura completa; la ley del aborto de Gallardón y el propio Gallardón...C0n ese baile, no habría sido de extrañar que en el máximo órgano del partido entre congresos, que volvió a reunirse ayer tras dos años, se hubiera señalado: «¿Y cómo será el mínimo si nosotros somos el máximo?». Pero nadie dijo ni mu porque para eso el jefe lo había dejado claro la víspera en Radio Nacional: «El Gobierno y el partido están funcionando muy bien». Tanto que, en su arenga interna, no tuvo reparo en aconsejar que, cuando la plebe nos eche en cara las barcenadas cometidas, «les diremos que estamos tan abochornados como ella». Aún sin confirmar, hacia el final de la Junta directiva parece que Cospedal y Arenas se pusieron en pie y, ante la expectación y algunos celos que otros que también hay que decirlo, los asistentes gritaron ¡que se besen, que se besen!..y comieron perdices. No es para menos.
