Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jugando al despiste

Sin apenas avisar al respetable, Antena 3 contraprogramó en Semana Santa para no emitir Bajo sospecha e inmediatamente después promocionar los dos capítulos finales de desenlace. La guerra por la audiencia a veces se recrudece sin respetar al espectador. Por eso mismo esta serie cambió de martes a lunes, al igual que El ministerio del tiempo de La 1, huyendo de la competencia para acabar coincidiendo. En todo caso, las dos han salvado los muebles en audiencia. Benditos lunes.

También hay prácticas publicitarias irrespetuosas, por las que Competencia ha multado de nuevo esta semana a Mediaset y Atresmedia, que suman y siguen. Como en su guerra por subir el volumen de los anuncios para que nadie duerma en el sofá o anunciar «volvemos en 5 minutos» y, al pasar el tiempo acordado, emitir una autopromoción y alargar algún que otro minuto más. Eso salvo en las noches de estreno; ahí no hay pausa que valga. Una vez el personal se haya enganchado habrá tiempo de sobra para anuncios.

Las estratagemas no respetan ni a Antonio Resines, por mucho que presida la Academia de Cine. En el estreno de Aquí Paz y después Gloria la pantalla de Telecinco lo anunciaba a las diez y media. Pasada esa hora Raquel Sánchez Silva seguía resumiendo GH VIP, así que el rótulo pasó a decir «a continuación» durante más de veinte minutos. Y esta semana ha vuelto a pasar. Los rótulos los carga el diablo y no solo de faltas de ortografía como las de Mayrén Beneyto, que también. Lo sufrió el mismísimo Alberto Fabra, a quien entrevistaban en El cascabel de 13tv nombrándolo en pantalla como Carlos Fabra, con todas las letras, en una de esas confusiones que sí traspasa todas las líneas rojas.

FINAL FELIZ. Empezábamos hablando de Bajo sospecha, que ha culminado con el beneplácito del share, pero con un final capaz de ahuyentar a la afición. La madeja estaba tan enredada, con tantos cabos sueltos y situaciones imposibles, que un final redondo era una quimera. Han logrado, eso sí, que pocos adivinaran el culpable de los crímenes. Aunque tampoco nadie se lo habrá creído. No apareció un oso polar ni hubo milagros, pero algún guionista ha intentado que los espectadores acabaran la serie más que Perdidos.

En la serie han brillado más los secundarios Alicia Borrachero y Vicente Romero que los policías protagonistas y Lluís Homar. Me consolaba que, al menos, habían evitado la tentación del beso entre Yon González y Blanca Romero. Pero no, dejaron el topicazo para la escena final. Podría haber segunda temporada con otros agentes en un nuevo caso, quién sabe si inspirándose en True detective. Si es así, ojalá copien más y mejor.

Compartir el artículo

stats