Es tanto el empeño de algunas series españolas en no parecerlo que Vis a vis la han ambientado directamente en una cárcel norteamericana. Aquí no hay prisiones de gestión privada (aún) ni las reclusas visten monos color naranja guantanamero. Será que, a fuerza de costumbre y memoria audiovisual, resultan más creíbles los juicios y las cárceles de Hollywood. Los autores, eso sí, reniegan del parecido con Orange is the new black y la verdad es que aquí, de comedia, nada.
Es de agradecer que el casting no abuse de caras famosas de la tele. Un acierto que sí le otorga credibilidad, empezando por la estupenda actuación de la protagonista Maggie Civantos. Su antagonista Najwa Nimri también luce, como la mayoría de secundarias y el carcelero Roberto Enríquez. Desde la atractiva cabecera la nueva serie de Antena 3 brilla por encima de la media, huye del relato lineal y consigue el adecuado ritmo de thriller de principio a fin. Ojalá siga así, pese a que Antena 3 se empeña en contar demasiado en sus avances. ¿Sería mucho pedir que no desvelen lo que va a pasar en el siguiente episodio? Si Hitchcock levantara la cabeza...
Por lo visto en su estreno, Vis a vis no escatima en medios ni en desnudos. Esto último puede ser influencia estadounidense, por Juego de tronos, o más bien castiza, por la afición al destape que afecta incluso a Águila roja. Y como no hay serie nacional sin sex symbol, apostaría a que Berta Vázquez, ilicitana de origen keniano y novia de Mario Casas, va a disparar mucho su popularidad.
En definitiva, otro ejemplo de que las series españolas sí evolucionan mientras la crónica política se estanca en Berlanga, entre La escopeta nacional y Todos a la cárcel.
