Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Cuervo

Patrañas y pamplinas

Como el cura y el barbero quemaron los libros de Don Quijote, en España no conocemos de sabios, magos y encantamientos pero veneramos la magia de Jesús y a todo lo llamamos milagro. ¿Un avance de la ciencia que tiene una explicación perfectamente física? Milagro. ¿Un medicamento nuevo que tiene expuesta su fórmula en precisos miligramos? Milagro. ¿Una rueda de felices estafadores que gira del banco al promotor, al constructor, al concejal y al ministro? Milagro español.

De los milagros de Jesús, el más agradable es el de la multiplicación de los panes y los peces, todo un desafío para las empresas de logística y de catering, tantas con dueños del Opus Dei quizá inspirados por este evento a orillas del mar de Galilea. El relato es el de una prodigiosa cena improvisada. Entristecido por la decapitación de su pariente y bautista Juan, Jesús se fue a meditar cerca de Betsaida pero la gente le siguió. Los evangelistas hablan de 4.000, de 5.000. En vez de mosquearse por no estar a solas, abrió consulta y curó a paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y otros enfermos. Se hizo tarde y en lugar de despedirlos para que se fueran a casa pidió a los discípulos que les dieran de cenar. La organización sólo tenía cinco panes y dos peces. Lo que viene después no es el milagro doméstico de donde comen dos, comen tres; donde tres, cuatro y así hasta el hambre „un milagro de división„ ni de ser apañado con unos restos y unas latas. Es un milagro de multiplicación: sació a todos y aún se juntaron doce canastas de sobras. Los milagros no existen „son patrañas„ pero, de existir, eso es un milagro y lo demás, pamplinas.

Se habla del milagro británico para definir la mucha creación de empleo bancario en Londres. Los nuevos rascacielos se levantaron en el barrio donde hay más hambre infantil del país y la mitad de los niños vive en la pobreza. No hay milagro, no hay multiplicación, sino división y acumulación: más bancos financieros, más bancos de alimentos.

Compartir el artículo

stats