Una media hora ocupa en la película «Tomorrowland» la parte que está rodada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. La cinta que protagoniza George Clooney se estrenará en España el próximo 29 de mayo con un cartel en el que se reconoce con claridad la fachada del Museo de las Ciencias, con sus ventanas rematadas en pico. Sin embargo, y como la dicha nunca es completa, hay otro cartel para el resto del mundo, y en él no hay rastro del complejo que diseñó Calatrava. ¿Eso no es trampa? ¿Por qué incluir en el cartel local un elemento arquitectónico reconocible para hurtarlo en el resto del globo, que es donde interesa que se conozca en qué ciudad está rodado el film?
Tampoco es que el afiche destinado al extranjero sea para tirar cohetes. No sólo no se aprecia la catedral civil de hormigón blanco del artista de Benimàmet. ¡Es que casi no se reconoce a George Clooney, alejado y de perfil mirando a la ciudad inventada por los dibujantes becarios de la Disney!
Lo del cartel es una anténtica trapacería. Y ni siquiera es divertido, como lo de aquella película de Tom Cruise en la que le prendían fuego a los pasos de la Semana Santa precedidos en procesión por una corte fallera en Sevilla. Algo ha debido fallar en la negociación con la productora. Si Valencia pone el escenario pero este sale casi irreconocible y encima se le hurta aparecer en el cartel de los cines y carteleras del mundo entero, apareciendo solo para los paisanos, la compensación no habrá resultado justa. Seguro que se podía haber sacado algo más. Ya que casi nadie paga por entrar a la parte de pago del museo, al menos que otras productoras de películas y anuncios se enteren de dónde ese perfil futurista de la ribera Oeste del Mediterráneo. Aunque a lo mejor ahora que la gente de Aguas de Valencia va a gestionar el complejo la cosa cambia. ¡Ah! ¿Que el museo no entra en el lote? Pues entonces, hasta la próxima.
