No lo diría, pero si yo les dijera que no soy Brad Pitt, teniéndome aquí de careto presente, ustedes pensarían que no hay más que verlo y dirían: «Este tío es tonto». Si yo les dijera que no soy J. J. Millás ni Leila Guerriero, leyéndome aquí un lunes y negro sobre blanco, ustedes pensarían que las comparaciones son odiosas y dirían: «Este tipo es tonto». Si yo les dijera que no soy Messi, viéndome renquear por el parque, o que no soy Pinito del Oro, teniendo acceso a una cualquiera de mis sesiones de pilates, ustedes pensarían que es evidente y dirían: «Este tipo es tonto, pero de remate». Podemos discutir el orden de lo que pensarían o de lo que dirían y viceversa, pero nadie discutiría que el contenido de esos actos mentales sería ese.

Sí, pero ¿por qué digo esto que jamás diría? Digo esto porque, el otro día, Alberto Fabra, desde la terraza del Veles e Vents, reconoció ante Mariano Rajoy y el mundo que «el PP no es perfecto». No sé lo que pensarán y dirán ustedes, pero teniendo en cuenta que, desde el inicio de los tiempos y más recientemente desde Con faldas y a lo loco, sabemos que nadie es perfecto y que justamente el PP no es precisamente nadie, aunque nosotros seamos electoralmente polifemos, la afirmación del presidente da que pensar y que decir, sea cual sea el orden y la viceversa. Desde luego, Rita no es Marilyn, Fabra no es Lemmon y Rus, el pequeño en desgracia de las tres gracias, no es Tony Curtis. Ni que decirlo: Rajoy no es Billy Wilder.

Pero no nos pongamos malignos o magníficos y concedámosle a la imperfección reconocida un carácter metafórico. ¿Qué quiso decir, entonces, el señor Fabra? Lo aclaró a continuación: que son personas y que cometen errores. ¡Vaya por Dios! Si ya es tonto afirmar lo que es evidente y nadie te discute por la confirmación de la experiencia (que el PP no es perfecto), añadir que son «personas» roza la estupidez: nunca nadie jamás pensó que fueran otra cosa, ni que fueran un equipo de héroes o superhéroes, ni una escuadra de bestias, ni un colmado de cosas. Efectivamente: son personas. ¿Que cometen «errores»? Ahí no sabría yo si son errores o podencos. Yo no sé si lo de Imelsa, Brugal, Gürtel, Emarsa, Feria Valencia, si lo de Blasco, y paro ya, son un error o un proyecto de vida. Yo no sé si en el problema del País Valencià llevan 20 años cometiendo errores o es que no saben matemáticas y encima les cogen copiando. Yo no sé nada, lo que ya es algo. Lo que sí espero, más allá de lo que sé o ignoro, es que lo que venga, sea batiburrillo o frente popular, que venga y que, por favor, no tarde. Aunque sean perfectos, aunque no sean personas, aunque acierten.