Se habla demasiado de ideología sin tener claro de qué se habla. Gente con ideología, o sea, con un sistema entero de ideas, hay poca. Antes podía uno hacerse con un kit completo afiliándose al marxismo, pero, aunque esta ideología siga siendo muy útil para entender las cosas, ha perdido fuelle para empujar la acción, por razones bastante obvias. Muchos juntan cuatro ideas-flores que cogen de aquí y de allá, le ponen lazo al ramillete y lo llaman ideología, pero no deja de ser un ramillete. Cuando las ideas son pocas, se defienden con más encono, como hacemos con todo lo escaso. Hoy en el mercado político no hay verdaderas ideologías, sino posiciones más o menos de clase, que estas sí son verdad, pues tienen carne y no sólo verbo. Si derecha e izquierda se apoyaran en ese armazón tendrían consistencia. Lo contrario de la consistencia es la confusión, que sólo beneficia al oportunismo.
