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Martí

Resetear el IVAM

Hasta la joya de la corona. Ninguna sociedad respetable hubiera permitido disparates con su museo principal. El IVAM fue un orgullo patrio incluso cuando en 1995 hubo un ordenado cambio de gobierno. Ya entonces se buscó perfiles solventes para dirigir la principal pinacoteca valenciana, sin embargo todo cambió con la designación de Consuelo Ciscar, con el beneplácito implícito de Tomás Llorens. A la mujer de Rafael Blasco ahora se le acumula la aversión, con dedicación exclusiva y principal hacia María José Catalá, una consellera valiente, y por supuesto a José Miguel García Cortés, su hijo pródigo descarriado. De la responsable de Cultura en funciones poco más se puede decir, lo intentó, pero llegó tarde y avaló un concurso amañado. Sin embargo del tutelado responsable del IVAM se espera más congruencia. No era el mejor de ese festival que se organizó para distraer a la crítica artística, como todo el mundo sabe, sin embargo podía hacer un definitivo servicio colectivo poniendo su cargo a disposición del nuevo Consell, por encima de su contrato de larga duración, cuestionable en términos jurídicos y laborables. Cuenta con la aquiescencia de Llorens „su mujer inaugura muestra los próximos días„ por la propiedad transitiva y encima sabe de la protección que irradia Ciprià Ciscar en el futuro gobierno, pero después de tantos espectáculos estamos para pocas bromas. Cuando se inauguró el IVAM, Valencia abrió su ventana más internacional y prestigiosa, pero hoy es noticia por pagar por obras de arte hasta un 1.500 por cien de su valor. Un hazmerreir planetario. La intervención de la Generalitat dará los pasos judiciales precisos, demasiados lentos peros seguros, aunque la resurrección del museo corresponde a los nuevos responsables culturales, que dificilmente pondrán dar la cara por el actual equipo de Cortés, sobre todo sabiendo que hay más y mejores personas preparadas muy cercanas al Palau.

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