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Julio Monreal

Pasos perdidos en las Corts

Entre las primeras decisiones de las nuevas Corts Valencianes en este período de austeridad y rescate de personas desfavorecidas por la crisis que se inicia con una nueva mayoría algunos esperaban que estuviera la supresión del comedor privado y subvencionado para sus señorías. Pero no. Los 99 diputados y el personal de la cámara van a poder continuar degustando las especialidades de la casa con un menú por el que pagan 5,65 euros gracias a la subvención que, del presupuesto público, las Corts abonan cada año al gestor de su restaurante, más de 118.000 euros este año.

Ni el socialista Francesc Colomer, presidente durante 20 días, ni el nacionalista Enric Morera, que le sustituirá en pocas horas, han sentido la necesidad de impulsar la eliminación de ese absurdo privilegio del que se ha dotado la clase legislativa valenciana durante años con el dinero de todos, evitando dinamizar el entorno de la Cámara, el barrio de la Seu, con su gasto en cualquiera de los muchísimos bares, tabernas y restaurantes de todo tipo que llenan sus bajos comerciales. Comodidad, privacidad, amenazas diversas... Ninguna excusa de las utilizadas estos años sirve ya para sostener una canongía como la del comedor privado y subvencionado por parte de quienes llevan todo el día la boca llena de conceptos tan elevados como la calle, los desprotegidos, la justicia social, la dignidad, el bien común y algunos otros.

Lejos de dar ejemplo y comer de menú en cualquier sitio, como todo el mundo, mezclándose con la gente para conocer sus problemas, sus señorías inician su nuevo mandato con la compra de 99 teléfonos del modelo iPhone 6, el sueño prohibido de todo caprichoso, que en las tiendas cuesta más de 600 euros y que a la Cámara le supondrá un gasto de 64.200. Puede haber quien piense que eso es una bagatela, pero el camino se construye andando y si se quieren dar pasos hacia una nueva gestión de lo público, alejada de anteriores derroches, pasos como estos no son precisamente los más adecuados.

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