Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Problemas de espacio

El principio pensé que era otra broma de los de El Mundo Today (ya han conseguido varios scoops imaginarios, tan duros de lograr como los auténticos): tras cuidadosos cálculos de los arquitectos municipales, se había decidido que en el augusto despacho del antiguo alcalde (de Madrid), Alberto Ruiz Gallardón, en la cuarta planta del palacio de Cibeles, cabían cuatrocientos funcionarios. Cuatrocientos. El ego de algunos políticos parece una entidad cósmica: su diámetro se mide en años luz. Me pregunto cuántos macizos de margaritas brotarán el día en que el expresidente Aznar deje de mirarnos absolutamente mal, absolutamente a todos, cual será la nueva tasa de expansión del Universo.

Está bien que dispongamos de espacios lujosos y suntuarios: hay visitantes ilustres a quienes agasajar y Sissí puede regresar, nunca se sabe, al Salón de Cristal y marcarse un vals con el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Al papa Francisco sabemos que no le gusta el lujo, pero al cardenal Cañizares no le importa envolverse en una capa de siete metros del color de las hematíes, los pequeños somos muy fardones. Ahora, el papa ha recibido del presidente boliviano, Evo Morales, un regalo indescriptible, incluso indescifrable. Para alejarlo de su despacho (y de la tranquilidad del sueño), puede alegar falta de sitio y enviarlo al mismo almacén en el que le aguarda aquel celentéreo enjoyado que recibió su predecesor en la silla de Pedro de manos de Raúl o Fidel Castro, no recuerdo.

La culpa es nuestra, que los criamos así de machos. Más que un economista de Chicago, lo que necesitan nuestras repúblicas hermanas es un estilista. Los alemanes, por ejemplo, son gente educada y solidaria, pero en un bar de El Arenal, con cinco jarras y el culo en el taburete (mal hecho: el «centro di gravità permanente», que cantaba Franco Battiato, ha de estar más bajo), acaban a sillazos con los manteros. Me pregunto cuánto deben de adelgazar los pensionistas griegos para que se esponjen algunos culos. Y es que hay cosas muy difíciles de encajar en el espacio, incluso en el mental: como el despacho del principio.

Compartir el artículo

stats