Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

El "Picasso" suizo de Botín

Todos querríamos ser Botín, pero no sé si el país podría permitírselo. Frente a la obsesión financiera de don Emilio, su hermano don Jaime encarnaba la opción bohemia.

Para tratarse de una familia ejemplar, los Botín entretienen periódicamente a la parroquia con peripecias truculentas de folletón. El episodio de los centenares de millones en Suiza, que el clan olvidó declarar, demuestra que los banqueros pueden llegar a ser tan inexpertos en asuntos de fiscalidad como las infantas. Ahora, un retrato de Picasso propiedad de Jaime Botín ha sido incautado en Córcega cuando viajaba camino de la misma Suiza de antes, en el yate familiar. Valorado en 25 millones, la Audiencia Nacional había prohibido la salida de España de una obra «única». La intercepción fue llevada a cabo por aduaneros franceses, quizás porque otras policías más próximas habían aplicado la doctrina Botín/Borbón.

Todos querríamos ser Botín, pero no sé si el país podría permitírselo. Frente a la obsesión financiera de don Emilio, su hermano don Jaime encarnaba la opción bohemia. Su pasión cultural nos permitía admirarlo sin cautelas, era el banquero favorito de los profanos. En el legendario Jessica/Adix donde se fugaba el picasso de la etapa suiza, el prohombre se consagra a la filosofía y a la ciencia de altos vuelos, sus aspiraciones artísticas quedan acreditadas en el incidente. Además, desde su yate lanzaba mensajes de alta densidad ética en una botella. «Se pueden soportar muchas cosas, pero no se puede soportar el mal ejemplo. El problema está en el colapso ético de una sociedad donde no solo se ha extendido la corrupción, sino que parece que no importa».

Anteayer, el discurso de Jaime Botín orbitaría en la esfera de Podemos y nos enorgullecería su ejemplaridad financiera. Hoy tenemos derecho a expresar alguna reserva. Desde el punto de vista metodológico, queda claro que su prosa pedagógica y aquilatada nace de la contemplación pausada de un picasso bastante mediocre en relación a su precio. Todos escribiríamos mejor con un cuadro del malagueño delante. Más aún, no necesitaríamos escribir si pudiéramos revenderlo en Suiza. Las tribulaciones del otro Botín nos ilustran sobre los quebraderos de cabeza que ocasiona el mantenimiento de los precios artificiales del mercado del arte. Es otra razón para celebrar agradecidos que don Jaime se sacrifique por nosotros. En Suiza.

Compartir el artículo

stats