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El caso es no ejercer

España no es un país racista, tras haber agotado el cupo con la masiva expulsión de judíos y mozárabes por la monarquía constituyente de la nación (Isabel y Fernando). Por eso a algunos les chocan sucesos que vemos más normales en Ferguson (USA) como los de Salou (se trate en este caso de racismo o de victimismo racial, su reacción natural). Sin embargo el racismo es una bacteria que vive en todos los cuerpos, a la espera de desarrollarse bajo las condiciones adecuadas. ¿Qué condiciones? La primera, que haya varias razas en volúmenes significativos. La segunda, que ocupen posiciones sociales distintas. Dándose ambas condiciones la bacteria se desarrolla, y frente a ella los remedios no vienen de la naturaleza, sino de la razón moral, lo cual obliga a un esfuerzo permanente, y a una vigilancia bacteriológica constante.

La peor receta contra el mal es dar por hecho que no somos racistas.

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