A veces me pregunto si ver tantas películas y series duras en las que los personajes principales mueren como moscas no estará afectando a mi condición de chica moñas. Y me pregunto esto después de haber ido el pasado viernes al cine a ver Extinction, la última peli de Clara Lago en la que comparte escenario con mi amado Matthew Fox, el guapísimo Jack de la serie Perdidos.
El argumento de la peli gira en torno a un escenario apocalíptico donde unos extraños zombies son los reyes del mambo y los pocos humanos que quedan en la faz de la Tierra viven escondidos por miedo a ser contagiados... Vamos, lo que viene siendo el argumento de The Walking Dead, 28 días después, 28 semanas después, y cientos de pelis y series en las que abunda la sangre y falta el amor. Salgo encantada del cine con ganas de más situaciones apocalípticas, así es que el día siguiente, recién comida y en la hora de la siesta, elijo el primer capítulo de The Walking Dead para pasar el rato... ¿Asco? Qué va, hace tiempo que mi digestión no se inmuta ante la amputación de miembros en boca de los infectados...
En medio de la masacre zombi, suena mi móvil con un Whatsapp de mis amigas. «¡Nenas, van a hacer la serie de la peli de El Diario de Noah! ¡Qué fenomenal!» La emoción de mis amigas se palpa en cada una de las letras de sus mensajes, así es que salgo por un momento del atrape apocalíptico en el que estoy metida y recapacito. Amor. Amor del más moñas del mundo mundial y con tanto azúcar que es capaz de provocar indigestión. Amor del clásico, del de siempre, del que aburre. Y ahí localizo el verdadero problema. No estoy perdiendo mi condición de chica moñas, es que el pasteleo de siempre me cansa y aburre a partes iguales... Resignada, y a pesar de que la peli del Diario de Noah está sobrevalorada y que la serie va a ser mucho más de lo mismo, le daremos una oportunidad. Aunque solo sea para tener tema de conversación y para seguir siendo una chica moñas al uso, oiga.
