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La curva de la felicidad

Las paellas del chiringuito, los helados, las cervezas y los mojitos. Los bocatas, las tapas con olor a fritanga y esas siestas eternas en las que todas y cada una de las calorías ingeridas se aferran a nuestro trasero como por arte de magia. Qué drama señores. La ciudad entera se plaga, durante el mes de septiembre, de curvas de la felicidad alojadas en nuestra barriga que parecen adquirir vida propia. Son ellas las responsables de que no abroche el maldito botón de la aburrida y maldita ropa de trabajo, y son ellas las que chantajean a nuestras papilas gustativas para que el brócoli sea todavía más insípido de lo que lo era antes. Ante tal panorama, a una le queda resignarse y empezar lo que será la operación bikini del verano 2016 (¿exagerada yo? ¡Qué va!).

Pero claro, el repertorio de recetas que una maneja cuenta con una media de 1,000 calorías por ración, así es que es también el momento de hacerse con nuevos y nutritivos platos que sepan, llenen y engorden menos. Echamos mano de la televisión, una vez más, pensando que los programas de recetas nos darán la solución... Error. Créanme cuando les digo que en televisión ha evolucionado todo, menos los programas de cocina. Formatos aburridos muy de los noventa con recetas orientadas a señoras que ya no cumplen los 70. Cocina con Sergio, Cocina con Bruno o con el mismísimo Karlos Arguiñano. Rara vez aparecen entre sus fogones la quinoa o esos alimentos que nos gustan tanto a las fans de la cocina sana. Y no me vaya usted a decir que Pesadilla en la cocina o Master Chef es la evolución que demando... Yo lo que quiero es que me enseñen cosas que poder llevarme a la boca, y no platos ideales con los que tener fans en redes. Y todo lo quiero, por supuesto, en un horario para personas que trabajan y que cuentan con una media de una hora para hacer la compra, cocinar y si me apura, hacer el pino puente. Mientras llega la revolución en los programas, seguiré compartiendo con m madre recetas, al fin y al cabo no hay curva de la felicidad que se resista a un bon bullidet.

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