Bajo el lema «Madre Patria solo hay una», un grupo presumiblemente exiguo de portorriqueños aboga por la restitución de Puerto Rico a la Corona de España. El propósito del Movimiento de Reunificación „que así se llama„ es anular el «ilegal»Tratado de París de 1898 para que la isla vuelva a ser «provincia española de Ultramar», con el rango actualizado de comunidad autónoma.

Unos quieren irse de aquí y otros volver desde el otro lado del Atlántico. Hay gente para todo, por lo que se ve; aunque su número tal vez difiera en el caso de los que aspiran a salir del Estado y en el de los que pretenden entrar.

No son fáciles de calcular, desde luego, los apoyos con los que acaso cuente el singular movimiento neocolonial de Puerto Rico. El único dato más o menos contrastable lo ofrecen los 14.000 usuarios que pulsaron «Me gusta» en la página que el Movimiento de Reunificación con España tiene en Facebook.

Frente a esas cuentas, parecen algo más fiables las del referéndum organizado en el año 2012 para consultar a los portorriqueños sobre sus preferencias. La votación, no vinculante, ofrecía tres distintas opciones: la independencia, la integración en Estados Unidos o el mantenimiento de la actual condición de Estado Libre Asociado a USA.

Los resultados fueron del todo inequívocos. Una sólida mayoría de más del 60 por ciento de los habitantes de Puerto Rico votó a favor de la anexión de su país a Norteamérica. El porcentaje dobló al de los consultados que preferirían seguir como hasta ahora y dejó en un minúsculo 5,5 por ciento la proporción de votantes que se inclina por la independencia.

Lejos de elegir la soberanía, los portorriqueños parecieron llegar entonces a la conclusión de que, puestos a depender de alguien, más valía aprovecharse de las ventajas que ofrece la ciudadanía norteamericana. Para su desgracia „o fortuna„, el referéndum no tenía carácter vinculante: y el Gobierno de Estados Unidos dejó claro que no está por la labor de agregar un nuevo Estado al medio centenar que ya tiene.

La opción de volver a formar parte de la anterior metrópoli no estaba incluida en la consulta. Se ignora, por tanto, el número de vecinos de Puerto Rico que votarían a favor de la integración en España, pretendida por el animoso Movimiento de Reunificación.

Como quiera que sea, los reintegracionistas se quejan del escaso o más bien nulo eco que sus demandas encuentran entre las autoridades españolas. El Gobierno de Rajoy, efectivamente, no ha dicho ni pío al respecto. Bastante lío tiene el presidente con los gerifaltes de reinos autónomos que quieren desconectarse de España como para preocuparse por uno que aspira a entrar. Y menos aún si eso pudiera traerle un problema con los Estados Unidos, que con las cosas de comer no se juega.

Algo habrá influido, también, el hecho de que Puerto Rico se encuentre al borde de la quiebra técnica por una deuda que asciende a 73.000 millones de dólares. Si ni siquiera Obama quiere hacerse cargo del rescate, mucho es de temer que un país de economía aún convaleciente como España no esté en condiciones de aceptar las demandas de recolonización que le formulan desde allá.

El Movimiento de Reunificación tendrá que esperar a mejores tiempos para que se cumplan sus deseos de reintegrarse a España. Lástima. Para una vez que alguien nos echa de menos?