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Nos dan el cambiazo

El mayor mérito de Cámbiame Premium es que, a pesar de su título, nada cambia y resulta que es lo de menos. Telecinco inaugura la nueva temporada haciendo más de lo mismo y liderando audiencias, con el incombustible Jorge Javier Vázquez al frente de un pastiche en el que cabe casi de todo. Obviamente tiene mucho de Sorpresa, sorpresa, aunque con emociones muy descafeinadas y bastantes más ingredientes en el cóctel. ¿Nadie echó de menos a María Abradelo en la plaza del pueblo? Yo sí, viendo la verbena de Canta, canta que montan en Tolox, donde anuncian que cambiarán la vida del pueblo y acaban instalando un parque infantil. ¡Olé la revolución! Como en los buenos tiempos de Canal 9, lo importante es que la tele llega al pueblo, hay baile y llevan a la niña antes llamada Rociíto de reportera para que los vecinos se hagan un selfie.

Las sorpresas no tienen el nivel de las de Isabel Gemio y derivan más bien en Inocente, inocente. Al menos con la simpatiquísima Eli Martín han encontrado la reportera adecuada, pero desentona que Jorge Javier se ría hasta cuando busca la lágrima, mucho más cómodo en la astracanada que en el drama humano. La cabra tira al monte y parece más interesada en flirtear con el periodista guapo del programa o con Pelayo el estilista, mientras se hacen esperar unos cambios emocionantes que en el primer programa no lo fueron tanto. Tanto es así que fue el presentador quien se animó a presentarse cambiado, con una hinchazón labial que puede deberse a la estética o la picadura de una avispa.

En teoría la estética debería ser el plato fuerte del invento, anunciado como una versión VIP de Cámbiame convenientemente alargada hasta las tantas de la madrugada. Los elegidos para la transformación final fueron Makoke y Fortu, famosos de guardia en la cadena. La futura esposa de Kiko Matamoros quería dejar de ser una rubia explosiva y lo de rubia lo logró: estilismo gratis para teñirse de morena, cortarse el pelo y tapar el escote con un elegante esmoquin femenino. Misión cumplida y facilita.

HEAVY PERO MENOS. Más gracia tuvo el paso de Fortu, el viejo rockero de Supervivientes. Al cantante de Obús bastaba con cortarle la melena y cambiarle camiseta y mallas por un traje para encontrar un hombre nuevo. En verdad parecía otro y le han hecho un favor. La estilista Natalia no quería revelar antes de tiempo que lo había transformado en Johnny Cash, pero Jorge Javier la animó a decirlo, convencido de que los espectadores no sabrían de quién se trata.

Está claro que el gran presentador de Telecinco no cree en la cultura musical de su público. En la otra, probablemente tampoco crea.

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