Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Secretos, mentiras y chapuzas

Ser o no ser... un experimento sociológico. Esa ya no es la cuestión en Gran Hermano llegados a la edición dieciséis, diga lo que diga Mercedes Milá. El programa ya exige directamente a sus concursantes dotes actorales, sin más prejuicios, obligándoles a ser personajes llenos de secretos y mentiras, por si alguien a estas alturas aún no sabe de qué va el juego y sufre un ataque de sinceridad ante las cámaras. Porque de lo que se trata es de que el juego no decaiga y cuesta mucho no repetirse. Ya han concursado por parejas, con cabras, novios, exnovios, padres, hijos y espíritus alejados de la santidad. Cada año han de complicar un poco más la cosa para mantener viva la llama del interés y que la peña no se apalanque, como decía Malamadre en Celda 211. Que luego llega Kiko Rivera, se toma en serio lo de ser VIP y no hay quien lo mueva del sofá si no es a base de comida.

Con los primeros minutos de esta nueva edición ya tuve bastante: dentro de la casa no saben la verdad, a los espectadores se la dosifican y creo que a nadie le acaba de importar. Al menos está bien que clarifiquen que lo suyo es puro teatro amateur y den la razón a Expediente X: la verdad está ahí fuera, más allá de Guadalix de la Sierra. Lo del concursante invisible debió de ser, precisamente, un homenaje al género de la ciencia ficción y no fue el único momento surrealista. La boda sorpresa y exprés dejó a la novia traspuesta. Desde la pedida de mano al sí quiero habían pasado tres minutos y a ella le habían plantado anillo, vestido blanco y flores en el pelo. Le regalaron el vídeo de boda más rápido de la historia, sin noche nupcial ni luna de miel. Pese a ahorrarse el convite y el lío de organizar las mesas la chica daba penita preguntándole al presunto marido: ¿Haremos otra boda, verdad?

Los que no hacen otra cosa desde ya son los programadores de Telecinco. De hecho, ya han fulminado Cámbiame Premium, que decaía semana a semana. El hueco en la parrilla lo llenará, cómo no, otra noche de Gran Hermano 16. ¿Para qué cambiar lo que funciona?

CAMPEONÍSIMOS. Lo que no ha funcionado bien es la Champions League de pago. Unos no la vieron vía web pese a haber pagado, otros resulta que no habían pagado por ello y creían que sí. El enésimo lío de derechos y Jaume Roures de nuevo en el embrollo. Una chapuza en toda regla. Y en abierto, Champions Total en Antena 3 y MEGA. Algo hemos ganado con las locuciones, comentarios y resúmenes respecto a TVE, aunque no es como para echar cohetes. Allí están Pedrerol y sus Jugones, cumpliendo el mandamiento madridista: honrar a Cristiano Ronaldo sobre todas las cosas..

Compartir el artículo

stats