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Julio Monreal

Día sin coches, metro gratis

Después de varios años de traslado al domingo, Valencia y la Comunitat Valenciana viven su día sin coches en jornada laborable, aunque los ciudadanos tienen la llave.

El esperado «día sin coches» llega por fin a un día laborable (en los últimos años se trasladaba al domingo) como señal de apuesta política del Govern de la Generalitat y del Ayuntamiento de Valencia, entre otros muchos. El fomento del transporte público, la movilidad sostenible y otros objetivos que sonarán hoy en torno a la fecha alcanzarán uno o dos grados más que con los gobiernos populares salientes, siempre reticentes a las restricciones al tráfico privado pero finalmente convencidos de la necesidad de adoptar medidas por el bien de la salud física y económica de los ciudadanos. Son estos los verdaderos protagonistas, los que tienen en su mano que la celebración se note en las calles o pase desapercibida. Entre 2003 y 2006, el Ayuntamiento de Valencia gobernado por el PP aplicó el día sin coches a una jornada laborable, y su impacto no superó el 8 por ciento. Luego, en domingo, se notó aún menos. Posiblemente sea una cuestión de impulso, de fe por parte de las instituciones. Cuando la corporación municipal puso en marcha el servicio de bicicletas de alquiler, Valenbisi alcanzó en tres años más de 100.000 abonados. Cuando los ayuntamientos emprendían planes de peatonalización de calles y zonas en los centros históricos, los comerciantes siempre expresaban sus recelos, si no su oposición frontal... sólo hasta que se acababan las obras. Entonces se preguntaban por qué no se habían acometido antes los proyectos, en vista de la mejora de la calidad del espacio urbano.

No es lo mismo poner gratis el metro y el tranvía un domingo que un martes. La diferencia indica los distintos grados de intensidad de la apuesta, en correspondencia con los objetivos políticos. Aún así, el gestor no debe olvidar que el espacio público es de todos y se debe facilitar el pacto en un marco de respeto. Medidas que funcionan, como el aparcamiento nocturno en el carril bus, fruto de un acuerdo, están en la base de esa «pacificación» viaria. Hacen falta muchas más, y hoy es un día estupendo para ponerlas en práctica.

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